La tendencia del ???oversharing???: ??qu?? es y por qu?? pone en riesgo la privacidad en redes sociales?

"Hoy me despidieron y no s?? qu?? hacer con mi vida???. ???Acabo de salir de terapia y me siento rota???. ???Aqu?? est??n las cosas que me da verg??enza admitir???. Frases como estas, acompa??adas de videos llorando en TikTok o Instagram, o hilos en X, se han convertido en fen??menos virales. Lo que antes se reservaba a la intimidad de un diario o una charla con un amigo, hoy se expone ante millones de personas.

El 'oversharing' ???la tendencia de compartir en exceso la vida privada en redes sociales??? crece a un ritmo vertiginoso, impulsado por la promesa de empat??a, validaci??n y compa????a digital. Pero, ??qu?? nos lleva a abrirnos de esta forma? ??Qu?? ganamos y qu?? arriesgamos?

En TikTok cobra fuerza la tendencia conocida como ???social media is fake, here are things I'm ashamed to admit??? (???las redes sociales son falsas, aqu?? las cosas que me averg??enza admitir???, resumido en el hashtag #socialmediaisfake), donde usuarios ???muchos de ellos de la generaci??n Z??? comparten sus inseguridades m??s profundas, desde la ansiedad por su carrera profesional hasta los temores sobre su propia val??a. Este tipo de contenido despierta empat??a y solidaridad, pero tambi??n abre la puerta a comparaciones poco saludables.

Por otra parte, en Reddit o X proliferan los hilos confesionales, donde frases como ???necesito contar esto porque no puedo m??s???, inician relatos de desahogo emocional, rupturas, soledad o ansiedad. Estas narrativas generan respuestas masivas de desconocidos que ofrecen consejos o simplemente compa????a virtual.

En el ??mbito familiar, un ejemplo espec??fico es el fen??meno del 'sharenting', cuando madres y padres publican detalles ??ntimos sobre sus hijos en redes sociales. Aunque muchas veces bienintencionado, este comportamiento puede afectar la autoestima y privacidad de los menores, pues crean una imagen idealizada y expuesta sin su consentimiento.

La validaci??n digital ???mediante likes y comentarios??? activa circuitos de recompensa en el cerebro, incluyendo zonas como el n??cleo accumbens, que tambi??n responden a est??mulos gratificantes en entornos cara a cara . Esta retroalimentaci??n r??pida puede desencadenar una liberaci??n de dopamina y reforzar la tendencia a compartir contenidos emocionales.

Sin embargo, reducir el fen??meno del 'oversharing' a un simple ???subid??n de dopamina??? resulta demasiado simplista. Las motivaciones para exponer lo ??ntimo en redes sociales incluyen tambi??n factores sociales, culturales y psicol??gicos m??s amplios . Atribuir nuestras conductas digitales ??nicamente a este neurotransmisor no cuenta con respaldo neurocient??fico ni promueve una comprensi??n profunda.

El apoyo social es otro motor clave de la sobreexposici??n en redes sociales. Compartir experiencias dif??ciles en redes puede generar una sensaci??n de comunidad y contenci??n, especialmente cuando hay respuestas emp??ticas de desconocidos. Algunas investigaciones se??alan que publicar relatos sobre enfermedades mentales en redes facilita el acceso a redes informales de apoyo, aprendizaje de estrategias de afrontamiento y sensaci??n de pertenencia.

Durante la pandemia, tambi??n se observ?? que el apoyo digital tuvo un impacto positivo en la salud mental de muchos usuarios, aunque se enfatiz?? que el tipo y la calidad de dicho soporte es lo que determina su eficacia.

Por ??ltimo, este fen??meno tambi??n se puede explicar desde el efecto cat??rtico: plasmar lo que sentimos en forma de texto o v??deo permite organizar los pensamientos y enfrentar emociones. El 'oversharing' puede verse como una versi??n digital de un diario ??ntimo solo que con una audiencia lista para responder en tiempo real.

Sin embargo, esta transparencia emocional puede acarrear graves consecuencias. En TikTok hay m??ltiples casos de usuarios que afrontan cr??ticas, burlas o incluso amenazas tras haber dejado al descubierto crisis personales o ??reas de su vida que preferir??an olvidar.

La comparaci??n social es otro riesgo frecuente. Ver a otros compartir sus procesos de terapia o duelo puede generar presi??n para hacer lo mismo, como si la visibilidad fuera una prueba de autenticidad. Este dinamismo puede aumentar la ansiedad y la sensaci??n de insuficiencia en quienes no se sienten preparados para exponer sus experiencias personales.

La dependencia de la aprobaci??n externa entra en juego cuando nuestro bienestar emocional empieza a medirse en interacciones digitales : si una publicaci??n ??ntima no tiene suficiente eco, es f??cil sentirse rechazado o ignorado. Esto impulsa a compartir m??s, con mayor intensidad emocional, en busca de esa respuesta confirmatoria.

Adem??s, la huella digital emocional es duradera. Incluso contenidos eliminados pueden persistir en capturas o difundirse indirectamente, reaparecer cuando menos se espera y afectar la reputaci??n personal o profesional.

Por ??ltimo, el 'sharenting' evidencia otro tipo de vulnerabilidad emocional: la de quienes no tienen voz ???los ni??os???, cuyos l??mites se sobrepasan sin que puedan decidirlo, generando posibles consecuencias psicol??gicas a futuro.

Antes de compartir, vale preguntarse: ??qu?? busco realmente al publicar? ??Necesito validaci??n o contenci??n genuina? Reflexionar ayuda a evitar la exposici??n impulsiva y establecer l??mites claros favorece la sensaci??n de seguridad, generando un equilibrio emocional. Tal como se??alan expertos en salud mental: identificar y aplicar l??mites es crucial para el bienestar.

Definir qu?? aspectos personales no se desean exponer ???como la salud mental, las relaciones o los conflictos familiares??? no solo ofrece protecci??n, sino que tambi??n fortalece la autoestima. Las herramientas de privacidad en redes sociales, como compartir contenido solo con ???mejores amigos???, restringir comentarios o limitar la visibilidad de las publicaciones, son recursos valiosos para mantener un equilibrio entre conexi??n emocional y protecci??n personal.

Adem??s, la dimensi??n offline sigue siendo fundamental. El apoyo presencial, ya sea de familiares, amistades o profesionales, suele ofrecer una escucha m??s aut??ntica y sostenida que las interacciones digitales. De hecho, algunas investigaciones han demostrado que combinar grupos de apoyo a trav??s de internet y de forma f??sica beneficia la recuperaci??n emocional y permite responder mejor a necesidades individuales.

Los registros privados ???como llevar un diario, grabar notas de voz o expresar las emociones a trav??s del arte??? tambi??n ofrecen v??as seguras para procesar sentimientos sin la exposici??n p??blica en redes.

El 'oversharing' refleja una paradoja de nuestra ??poca: buscamos autenticidad y conexi??n en redes sociales, pero terminamos exponiendo nuestras heridas en escaparates donde la empat??a convive con el juicio , y lo privado puede volverse p??blico para siempre.

Compartir puede tener efectos positivos inmediatos ???validaci??n, apoyo o catarsis???, pero tambi??n encierra riesgos que van desde la ansiedad social hasta la vulnerabilidad a largo plazo.

Cuidar nuestra privacidad emocional no es un signo de aislamiento, sino una forma consciente de autocuidado. En un ecosistema digital que premia la sobreexposici??n, reservar espacios de intimidad puede ser el gesto m??s valioso en la protecci??n de nuestra salud mental.

OLIVER SERRANO LE??N (*)

The Conversation (**)

(*) Director y profesor del M??ster de Psicolog??a General Sanitaria, Universidad Europea.

(**) Es una organizaci??n sin ??nimo de lucro que busca compartir ideas y conocimientos acad??micos con el p??blico. Este art??culo es reproducido aqu?? bajo licencia de Creative Commons.